sábado, 31 de agosto de 2024

CARLOS MARÍA RIVERO HAEDO. Obra de un escultor proletario: HORACIO JUAREZ.

CARLOS MARÍA RIVERO HAEDO. Obra de un escultor proletario: HORACIO JUAREZ. 

Fotos personales tomadas el 10 de octubre de 2020

Supongo que esta placa conmemorativo consagrada a recordar la memoria de un pionero del cooperativismo y la asociación de los industriales lecheros puede ser obra de este escultor evidentemente comprometido con la promoción social del proletariado. Si fuera realmente esta obra producto de su creatividad sería un signo más del carácter diverso y plural de las memorias de personalidades en este cementerio. En esta placa podemos leer: "Carlos María Rivero Haedo. 1877-1939. Productor, Industrial, Amigo excelso. Pionero de nuestra industria lechera. EL HOMBRE PASA. SU OBRA QUEDA"
RECURSO.
Juarez, Horacio
Nació en Córdoba el 7 de febrero de 1901 y falleció en la misma ciudad el 16 de noviembre de 1977. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón egresando en 1938 con el título de Profesor Nacional de Dibujo. Obtuvo una beca del Gobierno de Córdoba, con la cual viajó a Europa para perfeccionarse.
Ejerció la docencia en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y fue Jefe de Escultura del Departamento de Arte de la Universidad de Tucumán. Dictó clases en su taller particular y entre sus discípulos se encontraron los artistas cordobeses Clara Ferrer y Horacio Suárez. Se destacó por sus obras escultóricas de talla figurativa, que en su última etapa tomó matices expresionistas. Entre sus obras emplazadas figuran el Monumento a Jerónimo Luis de Cabrera, en Córdoba; al General San Martín, en la Recoleta; a la Batalla de Tucumán, en Tucumán y el Altar de La Patria, en Campo de Mayo. Concurrió al Salón Nacional en 1929, de 1934 a 1944 y 1946, 1947, 1948 y 1957; a su vez, expuso internacionalmente en Viña del Mar y en San Francisco.
Obtuvo numerosas distinciones, entre ellas el Premio Estímulo en el Salón Nacional, en 1929 y 1934; el. Premio por Mejor Composición en el Salón Nacional de 1936; el Segundo Premio en el Salón Nacional de 1937; el Primer Premio en el Salón Nacional, en 1939; el Gran Premio en el Salón Nacional, en 1944 y 1969; el Premio Augusto Palanza en el Salón de Artistas Plásticos de Córdoba, en 1952; y el Premio Especial Fondo Nacional de las Artes en el Salón de Artistas Plásticos de Córdoba, en 1962.




viernes, 30 de agosto de 2024

EL MAESTRO QUE APRENDE ENSEÑANDO

EL MAESTRO QUE APRENDE ENSEÑANDO

Al aplicar las palabras y pensamiento de uno de los principales pensadores de la Alta Edad Media que aconsejaba : "‘Aprende lo que desconoces… primero sé alumno, luego doctor; consigue el nombre de maestro cultivando las disciplinas. Aprende el bien que oigas, enseña el bien que aprendas; no abandones el esfuerzo de aprender y enseñar… Agranda todavía más en ti la sabiduría, compartiéndola con otros… La sabiduría aumenta cuando se esparce y disminuye cuando se la guarda; la ciencia se torna más notoria al darse y, cuanto más se extiende, más abunda’ San Isidoro de Sevilla. Este es el objetivo de este grupo. Ser un espacio de aprendizaje donde con espíritu de alumno que siempre se maravilla de los nuevos conocimientos vamos recorriendo cada pagina que conforman cada pasillo de este cementerio. Es ese aprendizaje que nos nutre como para ser ese maestro que comparte y comunica lo que esta aprendiendo con cada visita, con cada mirada y con cada imagen. Estoy convencido que se profundiza el conocimiento cuanto más se lo comparte.   [La imagen que acompaña este mensaje es un vitral tomado el 1 de octubre 2022]


LAFAGE. Efemérides religiosas. Santa Rosa de Lima

LAFAGE. Efemérides religiosas. Santa Rosa de Lima

Fotos personales tomadas el 1º de octubre de 2022
Los magníficos vitrales que forman parte del patrimonio de este cementerio pueden también acompañar todo el recorrido del calendario de memorias que realizan las iglesias cristianas. Tener en cuenta que esa liturgia celebra el día de la muerte de los apóstoles, figuras de las Escrituras, mártires, confesores, santos y santas porque considera que ese día es el comienzo de la verdadera vida. La efemérides laicas también siguen este mismo esquema y conmemoran el día de la muerte de los próceres porque se considera que es es el día del paso a la inmortalidad.
RECURSO.
Santa Rosa de Lima
(Isabel Flores de Oliva; Lima, 1586 - 1617) Religiosa peruana de la orden de los dominicos que fue la primera santa de América. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños y a las prácticas ascéticas, extendiéndose pronto la fama de su santidad.
Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales.
Biografía
Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú. Era hija de Gaspar Flores (un arcabucero de la guardia virreinal natural de San Juan de Puerto Rico) y de la limeña María de Oliva, que en el curso de su matrimonio dio a su marido otros doce hijos. Recibió bautismo en la parroquia de San Sebastián de Lima, siendo sus padrinos Hernando de Valdés y María Orozco.
En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives (localidad andina de la cuenca del Chillón, cercana a Lima) cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata. Las biografías de Santa Rosa de Lima han retenido vivamente el hecho de que en Quives, que era doctrina de frailes mercedarios, la futura santa recibió en 1597 el sacramento de la confirmación de manos del arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien efectuaba una visita pastoral en la jurisdicción.
Aunque había sido bautizada como Isabel Flores de Oliva, en la confirmación recibió el nombre de Rosa, apelativo que sus familiares empleaban prácticamente desde su nacimiento por su belleza y por una visión que tuvo su madre, en la que el rostro de la niña se convirtió en una rosa. Santa Rosa asumiría definitivamente tal nombre más tarde, cuando entendió que era "rosa del jardín de Cristo" y adoptó la denominación religiosa de Rosa de Santa María.
Ocupándose de la "etapa oscura" en la biografía de Santa Rosa de Lima, que corresponde precisamente a sus años de infancia y primera adolescencia en Quives, Luis Millones ha procurado arrojar nueva luz mediante la interpretación de algunos sueños que recogen los biógrafos de la santa. Opina Millones que ésa pudo ser la etapa más importante para la formación de su personalidad, no obstante el hecho de que los autores han preferido hacer abstracción del entorno económico y de las experiencias culturales que condicionaron la vida de la familia Flores-Oliva en la sierra, en un asiento minero vinculado al meollo de la producción colonial. Probablemente esa vivencia (la visión cotidiana de los sufrimientos que padecían los trabajadores indios) pudo ser la que dio a Rosa la preocupación por remediar las enfermedades y miserias de quienes creerían luego en su virtud.
https://www.biografiasyvidas.com/biogr.../r/rosa_de_lima.htm 





jueves, 29 de agosto de 2024

JUAN BAUTISTA ALBERDI. Los amigos de la paz.

JUAN BAUTISTA ALBERDI. Los amigos de la paz.

Fotos personales tomadas el 14 de noviembre de 2018 y el 29 de enero de 2024
En el DÌA DE LOS ABOGADOS no hay mejor homenaje que volver al pensamiento de este servidor de la verdadera y profunda libertad. En estos tiempos considero que no es suficiente nombrarlo sino que más que nunca recorrer y promover su pensamiento.
RECURSO.
VIII. De los servicios que puede recibir la guerra de los amigos de la paz. No basta predicar la abolición de la guerra para fundar el reinado de la paz. Es preciso cuidar de no encenderla con la mejor intención de abolirla. Se puede atacar a la guerra de frente, y servirla por los flancos sin saberlo ni quererlo. Este peligro viene de nuestras pasiones y parcialidades naturales a todos los hombres, amigos y enemigos de la paz; y de nuestros hábitos sociales pertenecientes al orden fundado en la guerra, es decir, a la sociedad actual. Los hábitos belicosos nos dominan de tal modo, que hasta para perseguir la guerra nos valemos de la guerra; ejemplo de ello es este concurso mismo provocado en honor y provecho de un vencedor de sus contendores o concurrentes literarios. Otro ejemplo puede ser el honor discernido al que firma un libro en que se hace la apología y la santificación de la guerra, por consideración a ese libro mismo. Si premiáis las apologías de la guerra, dais una prima al que se burla de vuestra propaganda pacífica. Otro ejemplo puede ser el de la indiferencia con que se mira una guerra que sirve a nuestro partido, a nuestras esperanzas, a nuestras ambiciones. Toda la doctrina de la paz degenera en pura comedia si la guerra que sirve al engrandecimiento de la dinastía A, no nos causa el mismo horror que la que robustece a la dinastía B; si la guerra que sirve a la dilatación de nuestro país, no nos causa la misma repulsión que la que engrandece al país vecino. [Juan B. Alberdi. El Crimen de la Guerra CAPÍTULO V EFECTOS DE LA GUERRA] 





miércoles, 28 de agosto de 2024

JOSÉ NICOLÁS MATIENZO. Un político opositor al personalismo en el ejercicio del poder.

JOSÉ NICOLÁS MATIENZO. Un político opositor al personalismo en el ejercicio del poder.

Fotos personales tomadas el 17 de agosto de 2024
Me preocupa en primer lugar el deterioro de nuestra memoria histórica cuando no aprendemos de las lecciones del pasado con relación al ejercicio del poder político fundado sobre una persona en lugar de hacerlo sobre las instituciones. El deterioro edilicio se simplemente una consecuencia de ese olvido histórico. En esta corona de herrería con palmas de ROBLE y LAUREL a ambos lados dice: "El Senado de la Nación al Dr. JOSÉ NICOLAS MATIENZO. Senador por Tucumán. 3 de enero de 1936".
RECURSO.
José Nicolás Matienzo (San Miguel del Tucumán, 4 de octubre de 1860 - Buenos Aires, 3 de enero de 1936) fue un abogado, magistrado, escritor, académico, decano y hombre de estado argentino.
Fue un destacado constitucionalista, profesor y decano en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de La Plata.
En su trayectoria pública de más de medio siglo actuó, ya sea a nivel provincial o nacional, en los tres poderes del estado, desempeñando cargos como ministro de gobierno de la provincia de Santiago del Estero, legislador en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, ministro de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires, responsable del Departamento Nacional del Trabajo de la Nación en la presidencia de José Figueroa Alcorta, procurador general de la Nación en la presidencia de Hipólito Yrigoyen, ministro del Interior de la Nación en la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, y senador nacional en representación de la provincia de Tucumán. En su extensa producción escrita se cuentan más de 200 obras.
Antepasados
José Nicolás Matienzo fue descendiente del famoso oidor Juan de Matienzo, relator de la Audiencia de Valladolid del siglo XVI que pasó a la de Charcas donde, además del trabajo de curia, escribió cuatro volúmenes referidos al «Gobierno del Perú» y comentarios a las leyes españolas. Así, Juan de Matienzo es considerado uno de los juristas que alcanzó nombradía en la elaboración, exposición e interpretación del derecho indiano.
A su vez, el abuelo de José Nicolás Matienzo, de su mismo nombre, fue rector de la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca. El padre de José Nicolás Matienzo, de nombre Agustín, fue doctor en derecho y se acreditó como ministro plenipotenciario de Bolivia, para radicarse en definitiva en Tucumán.
Sus años de formación
Fue en San Miguel de Tucumán, Argentina, donde nació José Nicolás Matienzo, el 4 de octubre de 1860. Siempre conservaría un afecto profundo por su tierra natal, como también por algunos de sus prohombres: Juan Bautista Alberdi y Nicolás Avellaneda.
Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Central, actual Colegio Nacional de Buenos Aires. Luego continuó sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde tuvo como mentor al profesor José Manuel Estrada, y donde se graduó en 1882. Como estudiante universitario comenzó a contribuir con artículos y columnas sobre una variedad de temas, lo cual continúo en los años subsiguientes.
Sus inicios en el servicio público
Se incorporó al servicio público como asesor legal del Ministerio de Asuntos Públicos de Buenos Aires, en 1885. Su experiencia le hizo ganar un lugar en la Comisión Regulatoria del Ferrocarril, que contribuyó al desarrollo rápido y ordenado de la red de ferrocarriles de la Argentina luego de 1889. Más tarde, sirvió como juez en el fuero civil en la ciudad de La Plata hasta 1890.
Al principio, Matienzo apoyó al Partido Autonomista Nacional o Gran Partido Nacional (este último fue el nombre más usado en la campaña para las elecciones presidenciales del 11 de abril de 1886), pero se desilusionó con el gobierno del presidente Miguel Juárez Celman, cuya gestión desembocaría en la tremenda crisis económica de 1889 y el pánico de 1890. El 26 de julio de 1890 estalló la Revolución del Parque, y Matienzo daría más tarde asesoramiento legal a los activistas.
Como hombre de la generación de los '80, José Nicolás Matienzo era positivista, pero sin desentenderse de los interrogantes esenciales. Ejerció una función crítica dentro del sistema social y político, pero no se comportó como disidente ni practicó el «antisistema». En 1902 denunció el «acuerdo» entre los jefes de partido: Bartolomé Mitre, Julio A. Roca, Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigoyen. Fue sin duda uno de los operadores más lúcidos de la conciencia constitucional.
Su vida académica
Fue profesor de la recién creada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1904, enseñando historia de la filosofía y lógica. En 1906 fue designado decano por un periodo de seis años, que resultó rico en realizaciones como la colección de documentos de la organización nacional, que dio lugar al Instituto de Investigaciones Históricas.
En la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata dejó la Cátedra de Derecho civil y desde 1909 enseñó Derecho constitucional. Por su conocimiento y sus propuestas sobre el tema sería reconocido como un constitucionalista de envergadura en la Argentina.2​ A partir de 1913 sería decano por cinco años.
José Nicolás Matienzo fue promotor de la fundación de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires en 1908, organismo al cual presidió durante 20 años, desde 1916 hasta su muerte en 1936.3​ Su hijo, de nombre Agustín Nicolás, sería presidente de la misma Academia entre 1967 y 1971.
Su trabajo en los tres poderes de gobierno y en la política argentina
Su carrera administrativa en los tres poderes de gobierno fue muy rica, lo cual lo habilitó además para su labor de publicista, ya que siempre estaba muy cercano a la realidad. Ya los 23 años se desempeñó como ministro de Gobierno de la provincia de Santiago del Estero, y se dio tiempo para redactar un proyecto de Constitución.
Antes de enseñar en las Universidades de Buenos Aires y de La Plata, Matienzo desarrolló su labor en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, donde fue famoso por su defensa del federalismo.
El presidente José Figueroa Alcorta creó el Departamento Nacional del Trabajo y nombró al frente de ese organismo a José Nicolás Matienzo
Por decreto del 14 de marzo de 1907, el presidente José Figueroa Alcorta creó el Departamento Nacional del Trabajo (uno de los primeros antecedentes del actual Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina) y designó en el cargo a Matienzo, con la misión de «recoger, coordinar y publicar todos los datos relativos al trabajo de la República, especialmente en lo que concierne a las relaciones del trabajo y del capital y a las reformas legislativas y administrativas capaces de mejorar la situación material, social, intelectual y moral de los trabajadores». Habiendo aceptado el cargo durante un período de solevantamiento del movimiento obrero argentino, comisionó la aceleración de la reforma de la ley laboral y ordenó la publicación de un boletín que detallaba todas las actividades desarrolladas.
El presidente Hipólito Yrigoyen en 1916. A fines de 1917, designó a Matienzo para la Procuraduría General de la Nación.
Entre 1910 y 1913 fue ministro de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires.4​ En 1910, integró una comisión destinada a proyectar la reforma del Código Penal, que sirvió de modelo al código que se aprobaría en 1921. En 1913 actuó como vocal de la Cámara Federal de la Capital.
Por decreto del 27 de noviembre de 1917 fue designado procurador general de la Nación por el presidente Hipólito Yrigoyen, ​ cargo que prefirió al de Juez de la Suprema Corte de la Nación. Matienzo había predicado antes «la falta de sinceridad con que se entra en la vida pública» y «la creciente mala fe con que se detentan las posiciones oficiales y se utilizan sus resortes», por lo cual no había que temer de su parte una conducta dócil al poder político en calidad de procurador. El presidente Yrigoyen logró retenerlo hasta el 3 de enero de 1922, es decir, durante la casi totalidad de su período presidencial, aunque Matienzo mantuvo diferencias con la gestión yrigoyenista, crecientemente autocrática.
El presidente Marcelo Torcuato de Alvear nombró a Matienzo ministro del Interior.
Su postura le granjeó a la postre su designación como ministro del Interior bajo el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear, sucesor de Yrigoyen en la presidencia, en tanto que fueron removidos todos los restantes funcionarios de alto nivel del gabinete del gobierno yrigoyenista. Matienzo se alejó de ese cargo en noviembre de 1923.
En 1927, Matienzo aceptó el ofrecimiento del líder socialista Juan B. Justo de unirse a su candidatura como compañero de fórmula. Su decisión de incluir a Matienzo desató una división en el partido durante la convención de ese año. Tres meses antes de las elecciones presidenciales de abril de 1928, Juan B. Justo murió. El ya anciano Matienzo fue elegido para ocupar una banca en el Senado de la Nación, como representante de la provincia de Tucumán, cargo que ocupó hasta su fallecimiento, el 3 de enero de 1936, a la edad de 75 años.
Así, la vida pública de José Nicolás Matienzo transitó más de medio siglo de historia argentina, desde sus comienzos a los 23 años como ministro de Gobierno de la provincia de Santiago del Estero, hasta su muerte en 1936 siendo senador de la Nación por su provincia de Tucumán natal.
Algunas de sus obras
Entre sus más de 200 obras se destacan:
El derecho representativo federal en la República Argentina (1910), obra publicada en el centenario de la Revolución de Mayo, obra que fue reeditada en francés en 1912 y en Madrid en 1917.
Temas políticos e históricos (1916).
Lecciones de derecho constitucional, en dos tomos, versión taquigráfica de sus clases en la Universidad de La Plata.
Cuestiones de derecho público argentino (1925), selección de sus dictámenes como procurador general de la Nación.
Nuevos temas políticos e históricos (1928).
Remedios contra el gobierno personal (1930).






ALEJANDRO GREGORIO SORONDO RAMOS. Ingeniero y geógrafo. Estudioso de la teosofía

ALEJANDRO GREGORIO SORONDO RAMOS. Ingeniero y geógrafo. Estudioso de la teosofía Foto personal tomada el 14 de septiembre de 2024 Esta placa...