miércoles, 7 de agosto de 2024

FLORENCIA DELFINA DE COUSANDIER DE GAUNA. La Comisión Protectora de Bibliotecas Populares.

FLORENCIA DELFINA DE COUSANDIER DE GAUNA. La Comisión Protectora de Bibliotecas Populares.

Foto personal tomada el 24 de julio de 2024
Esta placa conmemorativa nos permite considerar unos aspectos casi ignorado de las personalidades cuya memoria se conserva en este cementerio. Son varias las placas que relacionan la vida y obra de personas con el movimiento de las bibliotecas populares. Esta Comisión fue creado en el año de 1870 con la promulgación de la Ley N! 419, que fue propiciada luego de su presidencia por Domingo F. Sarmiento. El objetivo era fomentar la creación de apoyo de las Bibliotecas Populares. El énfasis estaba puesto en que esas bibliotecas sean populares, es decir, dirigidas a las poblaciones más vulnerables desde un aspecto económico y cultural como para que se transformaran en una herramienta de promoción social. No había nada que inventar porque su creación se inspiró en los Clubes de Lectores ideados por Benjamín Franklin en 1717 en la ciudad de Filadelfia. La primer Biblioteca Popular fue creada en la ciudad de San Juan en el año de 1866. Esta placa conmemorativa revela que este movimiento durante una parte de su historia no fue un área dominante de los partidos políticos de izquierda sino que era un movimiento transversal a los grupos sociales. Ejemplos como este he encontrado varios revelados por estas placas. Es interesante observar que el encuadre de la dedicatoria tiene una cierta estructura arquitectónica cuyas columnas son sostenidas por unas figuras femeninas intermedias entre dolientes o cariátides que sostienen capiteles corintios. En ella podemos debajo del medallón donde vemos el rostro de esta personalidad la siguiente dedicatoria: “Q.E.P.D. FLORENCIA DELFINA DE COUSANDIER DE GAUNA. +30 de diciembre 1930. Sus compañeros de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares y sus amigas”.
RECURSO.
LAS BIBLIOTECAS POPULARES. Fase genética (1870-1895)
Las bibliotecas populares en Argentina transitan un primer ciclo entre las décadas de 1870 y 1895. El momento instituyente fue propiciado por la sanción de la Ley 419, que promovía la participación de las entidades de la sociedad civil en la organización de estas instituciones mediante la disposición de una subvención tangible en libros. Para administrar esta política, el Estado creó la Comisión Protectora de las Bibliotecas Populares, que además de distribuir los recursos se ocupó de atender las demandas técnicas de las bibliotecas, aspecto que cumplió de manera parcial mediante la publicación del Boletín de las Bibliotecas Populares (1872/1875). Hasta 1875 el sistema funcionó con relativa normalidad y, en cierto sentido, superó las expectativas de los propios funcionarios, que en pocos años contabilizaron la fundación de un centenar de establecimientos a lo largo y ancho del territorio. Pero los efectos de la crisis económica internacional del período 1873-1876 que afectó al tesoro nacional, junto con la resolución política propuesta por el gobierno de Nicolás Avellaneda de achicar el gasto público, pusieron fin a la ley de bibliotecas y a los fondos destinados hasta entonces, en medio de una debacle coyuntural que se llevó empleos, sueldos, obras públicas, etc. De allí en más las asociaciones de lectores quedaron a su propia suerte. En los años que siguieron la mayoría de las bibliotecas cerraron sus puertas y, si bien cabe consignar que el Estado nacional no volvió a intervenir en esta área hasta 1908 con la restitución de la ley de protección, la línea de corte de esta fase genética puede radicarse a la mitad de la década de 1890, cuando las agrupaciones y los partidos identificados con las izquierdas iniciaron una intensa actividad bibliotecaria.
Los estudios dedicados al período inaugural son escasos, aunque leídos en conjunto brindan una idea global de los procesos históricos elementales que conciernen al tema. Una clasificación de estos antecedentes guiada por el recorte efectuado por los autores ofrece como resultado dos grupos distintivos: el primero y más nutrido está conformado por las indagaciones centradas en los textos bibliotecarios de Sarmiento; el segundo aborda cuestiones vinculadas con la evaluación de los resultados producidos por la implementación de la Ley 419 y la situación de las bibliotecas luego de su derogación.


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