domingo, 28 de abril de 2024

DOMINGO DE OLIVERRA BARAHONA. Esclarecido patriota: sirvió a su país.

DOMINGO DE OLIVERA BARAHONA. Esclarecido patriota: sirvió a su país.

Fotos personales tomadas el 29 de enero de 2024
En esta placa conmemorativa podemos leer: "DOMINGO OLIVERA. Esclarecido patriota: sirvió a al país desde 1813. Colaboró con los gobiernos de Martín Rodríguez y Bernardino Rivadavia. Redactor del Argos. Presidente en 1852 de la H. Sala de Representantes de Buenos Aires. Senador en 1855. Pioner rural: formó con sus hijos el Merino Argentino. Legando a los suyos nombre y fortuna amasada en dura lucha con el agro. Sus descendientes rinden con este bronce homenaje a sus virtudes. 1952". Domingo Olivera nació el 19 de octubre de 1798 en Ambato, Ecuador y falleció el 3 de mayo de 1866 en la Ciudad de Buenos Aires. Es una familia que aparentemente tiene un escudo por su linaje relacionado con la nobleza española.
RECURSO.
LA FAMILIA OLIVERA Y LA CASONA DE PARQUE AVELLANEDA
(En Círculo de la Historia)
La “Casona de Olivera”, actualmente un centro cultural ubicado dentro del porteño Parque Avellaneda, tuvo durante su historia tan diversos usos como profesiones desarrolladas por el dueño que le dio nombre.
Domingo Olivera nació en la ciudad de Ambato, en Ecuador y siendo muy joven viajó a la Argentina junto con su padre. En 1811 se instalaron en Salta y dos años más tarde se radicaron definitivamente en Buenos Aires. A lo largo de su vida Domingo fue periodista, juez de paz, hombre de campo y político. El apellido estaba vinculado con la nobleza española. También la esposa de Domingo, Dolores Piriz y Olaguer Feliú, tenía apellido de origen real.
(...)
De los Olivera descendieron más de 25 familias, muchas de las cuales conservan el apellido original junto con el de los respectivos apellidos políticos. Entre los bisnietos y tataranietos de Domingo, aún se recuerda su origen real en estos días. Don Domingo, como lo llama su tataranieto Carlos, inicia su actuación pública cuando todavía no había cumplido sus 16 años.
Por recomendación de Hipólito Vieytes, comienza trabajando como empleado de Intendencia de Policía, bajo la dirección de Gervasio Antonio de Posadas. Manejaba a la perfección tres idiomas además del español: el latín, el francés y el inglés. Formó parte de la Sociedad Literaria. Siendo ya un hombre de letras, el 21 de abril de 1819, es nombrado Oficial de Número del Ministerio de Hacienda. Trabajó como periodista en los diarios El Censor y El Centinela, fue integrante de la redacción de El Mensajero Argentino junto a Juan Cruz Varela, Valentín Alsina y otros.
Unos años más tarde, junto a su padre, solía frecuentar el salón de los De Luca –donde se cantó por primera vez el Himno Nacional–. En esas reuniones se los veía también a San Martín, Rivadavia, Pueyrredón y Guido. El Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, Bernardino Rivadavia, nombra a Domingo Olivera Secretario de la Delegación enviada a Chile y Perú para liquidar deudas por los gastos efectuados en las campañas libertadoras. Ya de vuelta en Buenos Aires, en marzo de 1923, Rivadavia lo designa responsable de los aspectos financieros para la creación de la Sociedad de Beneficencia. Dos días después de que Bernardino Rivadavia es elegido Presidente de la nación, nombra a Domingo Olivera: Oficial Mayor del Ministerio de Negocios Extranjeros. Un año después, en 1827, asume como Director y Administrador de la Caja de Ahorros, junto a Vicente López y Planes y Santiago Wilde. Al mismo tiempo es nombrado Oficial Mayor del Ministerio de Guerra. Ese mismo año, hace una presentación al Gobierno del “Reglamento para Orden y Estudio de la Universidad de Buenos Aires”.
Cuando tenía 30 años se opuso a la revolución contra Dorrego, que finalmente lo depuso como Gobernador de Buenos Aires y ordenó su fusilamiento. Esos actos hicieron que Don Domingo abandonara la política. Se vuelca entonces por completo a las tareas rurales junto a su familia en la finca que había adquirido. Comienza por arrendar la chacra “Los Remedios”, donde establece un tambo y molino de trigo. También formó parte del diseño de la creación de la Escuela de Agricultura. Los Remedios, a mediados de 1700, era un hogar de niñas pertenecientes a la hermandad de la Santa Caridad. Luego la hermandad dejó de ser religiosa y la Sociedad de Beneficencia se hizo cargo del lugar. A ella, Domingo Olivera les compra no sólo la casa sino los alrededores de la finca.
Los Olivera adquieren además un campo en la Cañada de las Piedras, cerca de Chascomús, en donde Domingo emprende el mejoramiento del ganado ovino. Los Olivera dieron origen a los Rambouillet Argentino, antecedente del Merino Argentino.
En Buenos Aires nacieron sus nueve hijos. En realidad tuvo 10 en total, pero el primogénito fue extramatrimonial. El pequeño Benjamín muere a los 14 años. Sus hijos mayores, Eduardo (nacido en 1827), Pablo (1828), Luis (1830) y Nicanor (1832) también siguieron los pasos de su padre en cuanto al campo y a la función pública. Eduardo Olivera fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina.
(...)
El valor que Domingo le daba a la familia, se trasladó a sus nietos y se mantiene en las más de 25 familias que formaron sus descendientes. Carlos Domingo Olivera comparte una carta manuscrita de Nicanor a su hermano Eduardo, escrita en la finca Los Remedios, en 1879.
“Querido Eduardo: Te remito los muebles que me pides. M.A. (Se refiere a su mujer Maria Antonia Ramos Mejía) me encarga te diga que le hace muy mal efecto el que lleves los muebles porque le da la idea que no vas a venir más por aquí, aunque yo estoy bien persuadido de que no sucederá pero no dejé de recibir impresión desagradable al leer tu carta, esto no es sino el amor de hermanos que en honor de nuestros padres los conservaremos toda la vida quiera Dios que las familias que criamos nos segunden. Deseándote toda clase de felicidad en tu nueva morada te saluda en el nombre de todos tu affmo. Hermano. Nicanor Olivera”
Ya como propietario de la finca, su tataranieto recuerda una anécdota que tuvo a Don Domingo y a Juan Manuel de Rosas como protagonistas. Era 1836 y le avisan a Domingo que el Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, se encontraba en Los Remedios con el objetivo de detener a lecheros que no llevaran la divisa federal bien colocada sobre el pecho, tal como había ordenado. Entonces, Domingo se vistió con ropa usada y raída y se dirigió al lugar en donde estaba Rosas. El Gobernador conocía a Olivera de la época en que el dueño de la finca había servido bajo la presidencia de Rivadavia, así que enseguida lo reconoció, a pesar de la manera de vestirse de Domingo. Rosas se encontraba rodeado de la alta sociedad de San José de Flores, para sorpresa de todos, se levantó, corrió a abrazar a Domingo y les dijo a todos:“Tengo el honor de presentarles a mi amigo Don Domingo Olivera a quien estimo mucho, sintiendo no poder presentar a un federal neto como desearía, sino a un salvaje unitario, pero incapaz de hacer mal a nuestra santa causa, se los recomiendo muy especialmente y les ordeno lo respeten porque ha hecho grandes servicios al país”. Luego, dirigiéndose a Domingo y felicitándolo por el cambio de vestuario le dice: “usted es un salvaje unitario, pero bueno como pocos y eso basta”.
Don Domingo le ofrece a Rosas trasladarse al casco de la estancia, pero finalmente Rosas se retira del lugar por la tarde. Después de la batalla de Caseros, Olivera quiso ofrecer nuevamente sus servicios al Gobierno de Buenos Aires, pero como no estaba del todo decidido a volver a la política, sólo aceptó el cargo de Juez de Paz del Partido de San José de Flores. Sin embargo, estuvo en ese cargo hasta el 29 de abril de 1852, cuando renuncia para incorporarse a la Cámara de Representantes de la Ciudad de Buenos Aires. Fue presidente de la misma cuando el General Pinto era Gobernador de la Provincia.
En 1859 junto a Félix Frías, Vicente Fidel López, Marcelino Ugarte y Miguel Cané fundan el Partido Conservador y el diario” La Patria”, ambos de muy corta duración. Definitivamente se aleja de la función pública y vuelve a sus intereses personales. En los campos realizaría diversas plantaciones. Treinta años más tarde, el edificio fue utilizado como cuartel general y hospital de campaña para las fuerzas del coronel Hilario Lagos, quien avanzó sobre la ciudad de Buenos Aires para ponerle sitio, luego de la revolución unitaria del 11 de setiembre que rechazó el acuerdo de San Nicolás.
Domingo muere en 1866.
El casco de la estancia fue también escuela ya que dos veces en su historia cobijó a establecimientos educativos: en primer lugar vio nacer a la escuela técnica Casal Calviño (en 1946, durante el tiempo que tomó la construcción de su edificio actual sobre la calle Lacarra a metros del Parque Avellaneda) y luego a la escuela de aprendices "Manuel Belgrano".
El parque fue abierto al público en 1914 con el nombre de Domingo Olivera. Luego de que la Municipalidad le comprara 50 hectáreas a los Olivera dos años antes. En 1916, cambia su nombre por el actual Parque Presidente Nicolás Avellaneda.
La Casona estuvo cerrada al público hasta que finalmente abrió sus puertas en 1989, pero fue en el año 2000 cuando surgió como Centro Cultural, inaugurado por el jefe de Gobierno de ese entonces, Enrique Olivera, bisnieto de Domingo.




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