CARLOS ALBERTO DONOVAN. Obra de LUÍS PERLOTTI.
Foto personal tomada el 4 de mayo 2024
Esta imagen de Cristo crucificado que extiende uno de sus brazos para abrazar a un creyente que implora ayuda es un tema de larga tradición en la iconografía cristiana. Tenemos como uno de los muchos antecedentes un cuadro semejante de Bartolomé Esteban Murillo en el que vemos a Cristo abrazando a San Francisco, obra realizada aproximadamente entre los años de 1668 y 1669 y que expresa muy bien la espiritualidad franciscana de imitar fielmente a Cristo. Existe un antecedente en una obra realizada hacia 1620 por el pintor Francisco Ribalta en el convento de los Franciscanos Capuchinos de Valencia. Esta es otra forma alegórica para visualizar la renuncia al mundo y todas sus pompas. Este abrazo en el que Cristo desclava su brazo de la cruz y admite a participar a esta persona en el duelo funerario del dolor de la Pasión en un gesto de profunda comunión. La cabeza inclinada y apoyada en el pecho de Cristo simboliza la plena aceptación de esa invitación. El texto bíblico tradicional que se relaciona con este momento de renunciamiento es el Evangelio de Lucas 14, 33 que dice: "Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todas las cosas que posee no puede ser mi discípulo". En esta placa conmemorativa vemos al suplicante con sus ropas y elementos de su profesión militar, abrazado por el Cristo crucificado como acogiéndole desde su cruz. En ella podemos leer: “Teniente 1º. CARLOS ALBERTO DONOVAN. Sus amigos en el primer aniversario de su muerte. 30 de noviembre de 1947”. En el ángulo inferior derecho podemos ver la firma del escultor LUÍS PERLOTTI.
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