JOSÉ F. BUTTINI. El mito detrás del laurel funerario.
Foto personal tomada el 21 de marzo de 2024.
Es muy posible que al caminar por los distintos senderos de este cementerio veamos en coronas que aparecen en puertas y fachadas de monumentos funerarios o en placas conmemorativas ramas de LAUREL pero no asociemos directamente esas hojas y palmas con un mito muy conocido por los habitantes de la Grecia clásica. En esta placa podemos leer: "Escribano JOSÉ F. BUTTINI. 2 de abril de 18745-+14 de abril 1921. Homenaje de cariñó y respeto que sus colegas tributan a la memoria del correcto funcionario y amigo leal. En el primer aniversario de su fallecimiento. 14 de abril 1922". En estos relatos mitológicos vemos como a diferencia de la cultura influida por el cristianismo, los griegos proyectaron sobre sus dioses y diosas todos sus sentimientos, tanto los buenos como los malos con valores totalmente extraños a nuestro mundo moderno preocupado por el acoso y la violencia en todas sus manifestaciones.
RECURDO BIBLIOGRAFICO.
Apolo y Dafne es un relato perteneciente a la mitología griega que a través del tiempo ha sido narrado por autores helenísticos y romanos.
El mito
Apolo, dios de las artes y de la música, fue castigado por el joven Eros después de que se burlase de este por jugar con un arco y unas flechas. “Dime, joven afeminado: ¿qué pretendes hacer con esa arma más propia de mis manos que de las tuyas? Yo sé lanzar las flechas certeras contra las bestias feroces y los feroces enemigos. [...] Conténtate con avivar con tus candelas un juego que yo conozco y no pretendas parangonar tus victorias con las mías”. El irascible Eros tomó dos flechas, una de oro con la punta de diamante y otra de hierro con la punta revestida con plomo. La de oro incitaba el amor, la de hierro incitaba el odio. Con la flecha de hierro disparó a la ninfa Dafne y con la de oro disparó a Apolo en el corazón. Apolo se inflamó de pasión por Dafne y en cambio ella lo aborreció. En el pasado Dafne había rechazado a muchos amantes potenciales y a cambio había demostrado preferencia por la caza y por explorar los bosques. Su padre, un dios-río que una tradición considera que era Ladón y otra, en cambio, que era Peneo, le pidió que contrajera matrimonio para que así le diese nietos. Sin embargo ella rogó a su padre que la dejase soltera, como la hermana gemela de Apolo, Artemisa. A pesar de esto su padre la advirtió de que era demasiado hermosa como para mantener por siempre lejos a todos sus pretendientes.
Apolo la hostigó constantemente, rogándole que se quedara con él, pero la ninfa siguió huyendo hasta que los dioses intervinieron y ayudaron a que Apolo la alcanzara. En vista de que Apolo la atraparía, Dafne invocó a su padre, el dios Ladón. Este la transformó; de repente su piel se convirtió en corteza de árbol (un laurel), su cabello en hojas y sus brazos en ramas. Dejó de correr ya que sus pies se enraizaron en la tierra. Apolo abrazó las ramas, pero incluso éstas se redujeron y contrajeron. Como ya no la podía tomar como esposa, le prometió que la amaría eternamente como su árbol y que sus ramas coronarían las cabezas de los héroes y los campeones de los Juegos Olímpicos. Apolo empleó sus poderes de eterna juventud e inmortalidad para que siempre estuviera verde.
Virtud frente a lujuria
El mito de Apolo y Dafne ha sido interpretado como un enfrentamiento entre la virtud —Dafne— y los deseos sexuales —Apolo—. Mientras Apolo persigue a Dafne lujuriosamente ella se salva a través de la metamorfosis y el confinamiento en un laurel, lo que puede considerarse como un acto de castidad eterna. Dafne se ve forzada a sacrificar su cuerpo y convertirse en laurel como única escapatoria a las presiones y constantes deseos sexuales de Apolo.
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