VIRGINIO FRANCISCO GREGO. Su muerte: Arco de Luz entre la Obra y el Ejemplo.
Fotos personales tomadas el 5 de noviembre de 2024
Siempre es interesante conocer los hechos y obras de las personas por las que se quiere mantener la memoria con placas conmemorativas, arquitectura y símbolos. Esta es una larga vida que puede ser una inspiración para estos tiempos.
Virginio F. Grego, un filántropo con raíces nuevejulienses
* Vivió en 9 de Julio su infancia y adolescencia. Aquí, tanto su padre como su hermano mayor Ángel, habían desarrollado una importante labor en la función pública.
* Partiendo de la nada, fabricando cigarrillos a mano, había logrado la creación de la Manufactura de Tabacos “Particulares”, empresa modelo en su tiempo, que fue durante muchos años una de las firmas líderes en la industria tabacalera argentina.
* Cuando alcanzó a reunir una importante fortuna no escatimó esfuerzo para brindar su ayuda solidaria. No olvidó del pueblo donde dividido en su infancia, y en muchas ocasiones llegó a brindar su aporte al actual Hospital Zonal “Julio de Vedia”.
Su nombre hoy resulta lejano y, sin dudas, para muchos nuevejulienses completamente desconocido. Sin embargo, en su tiempo, tanto él como su padre y su hermano, tuvieron una notable influencia en la vida de la comunidad de 9 de Julio; y, con el correr del tiempo, Virginio Francisco Grego logró convertirse en un magnate de la industria tabacalera.
Había nacido en la ciudad de Chivilcoy, el 21 de agosto de 1876, hijo de Manuel B. Grego y Juana Maina. Su abuelo Ángel había sido fundador de aquella ciudad.
Siendo niño se afincó en 9 de Julio. Su padre se había radicado en el Partido de 9 de Julio para dedicarse a las tareas rurales y comerciales, fundó la primera casa de remates feria establecida en el lugar. Interesado en las cuestiones políticas vernáculas, militando en las filas del Partido Autonomista, como fiel adepto a la línea de Nicolás L. Robbio; en ese carácter comenzó a integrar la Municipalidad como funcionario de gobierno.
Mientras todo ello acontecía, en el último cuarto del siglo XIX, Virginio F. Grego crecía y atravesaba los años de la infancia. En esta ciudad cursó sus estudios elementales, en la Escuela Nº 1.
LOS EMPRENDIMIENTOS INDUSTRIALES
Siendo joven aún, Virginio F. Grego, se trasladó con su familia a la ciudad de Buenos Aires.
Los comienzos de Virginio F. Grego en la fabricación de cigarrillos se remontan a la década de 1910, cuando comenzaron a manufacturarse las primeras unidades, con métodos más rudimentarios. Pero fue el 31 de julio de 1922, cuando fundó la firma “Particular”, comenzando la fabricación de los populares cigarrillos “Particulares. Un año más tarde, introdujo otra marca que, en su época, también poseyó cierto renombre, “Gavilán”, que fabricaba con un 49 % de tabaco importado y un 51 con tabaco nacional.
Desde enero de 1940, el gobierno de la Nación autoriza a «Manufactura de Tabacos Particular F.V. Grego» a funcionar como sociedad anónima, con domicilio legal en la ciudad de Buenos Aires y para dedicarse a la manufactura de tabacos en general. El capital era de 4.000.000 pesos. Para entonces, esta fábrica había logrado un fuerte desarrollo. Para 1947 las ventas de cigarrillos superaban los 85 millones de pesos; y, desde ese año hasta 1950 el capital activo de la empresa habría de pasar de 26.374 a 33.407 millones de pesos.
EL ININCA
Virginio F. Grego creó, el 25 de mayo de 1942, una fundación que llevaba su nombre con la finalidad de propiciar la fundación de un centro de investigación científica. En efecto, conociendo las limitaciones con las que tropezaba el profesor Alberto C. Taquini en el Hospital Alvear, como así también su inquietud por la investigación científica, donó primero 350.000 pesos,
En una entrevista efectuada, varias décadas atrás, al doctor Alberto C. Taquín, acerca de los orígenes del Instituto, recordaba que una noche había ido a cenar a la Boite Embassy con su mujer, con Dalmiro Grego, el hijo de don Virginio Grego, y con la esposa de él. En esa ocasión, les hizo saber las peripecias que debía soportar en su tarea de investigación. «A los dos o tres días –rememoraba Taquini- me llama este amigo mío, Dalmiro Grego me dice: ‘Mirá, papá quiere hablar con vos’. Lo voy a hablar, lo voy a ver, y me dice: ‘Mire…, yo hace tiempo que quiero hacer una obra de este tipo, quiero hacer un instituto. Me interesa apoyar la investigación. Yo le ofrezco hacer el Instituto para que usted trabaje’».
Virginio F. Grego ofrecía hacer el Instituto, instalarlo, dar una cantidad de dinero mensual para gastos de investigación. El Instituto fue inaugurado el 13 de junio de 1944, con el nombre de Centro de la Investigaciones Cardiológicas – Fundación “Virginio F. Grego”, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
En la actualidad, la obra iniciada por Grego aún persiste y desarrolla una gran tarea. Se llama Instituto de Investigaciones Cardiológicas (ININCA) “Profesor Alberto C. Taquini» y posee elevado nivel académico en las investigaciones que lleva adelante a través de la Universidad de Buenos Aíres y del CONICET.
Destinadas a la investigación científica, quien nos ocupa, realizó otras importantes donaciones. Lo hizo, por citar, en cierta ocasión, para costear investigaciones de Embriología Química, en el Instituto de Anatomía General y Embriología, de la Facultad de Ciencias Médicas.
MESENAS DE ARTISTAS
En distintas etapas de su vida, Virginio F. Grego fue mecenas de artistas. A Xavier Bóveda (1898-1963), poeta y periodista español que había emigrado a Buenos Aires en 1927, le brindó su padrinazgo.
En 1934 Bóveda editó libro “Integración del hombre. Poemas en Profundidad”, que editó en la Librería Del Colegio y Cabaut & Cia. Esta obra reúne poemas dedicados a su mecenas local, Virginio Grego, a la esposa y al hijo de éste.
EL AUTOMOVILISMO
Virginio F. Grego fue un entusiasta del automovilismo. En 1936 instituyó el Gran Premio Internacional que llevaba su nombre, y del que participaron los pilotos nuevejuliense Atilio Plini y Ernesto Blanco. Grego, ante quien mediaba con éxito Emilio Karstulovic B -campeón argentino de automovilismo de 1934-. puso a disposición del Automóvil Club Argentino la suma de 60.000 pesos para sufragar todos los gastos.
Gran Premio Internacional “Virginio F. Grego” fue una de las competencias automovilísticas más difíciles de Argentina, de la que participaron lo más granado de los pilotos argentinos y extranjeros a bordo de sus gloriosas Baquetes (vehículos sin capota que exhibían tan sólo el motor, seguido de un habitáculo con dos butacas y en la parte trasera, la rueda de auxilio). La prensa nacional destacó el gesto del empresario tabacalero al organizar este evento de grandes magnitudes.
UN COLEGIO
En la actualidad, en la avenida Directorio entre Coronel Bonomio y Mebrillar, en el barrio porteño de Flores, un Instituto de enseñanza, de educación Inicial (Jardín de Infantes/Maternal y/o Pre-escolar), primaria, primaria de adultos y secundaria, de gestión privada, lleva su nombre. Precisamente, esa entidad educativa lo tuvo como principal benefactor. El colegio fue fundado el 17 de enero de 1927. Grego durante muchos años sostuvo la obra con su aporte económico y desinteresado basado en sus inquietudes de solidaridad y ayuda al prójimo. La viuda del benefactor, Consuelo Prieto de Grego, adquirió en el año 1960 el inmueble donde funciona la escuela, hasta entonces alquilado, y esta pasó a ostentar el nombre de Virginio F. Grego.
SU FAMILIA
Virginio Grego tuvo otros once hermanos: Esther Evangelista, Angel Grego, Maria Esther, Juana Josefa, Angela, Manuel Augusto, Raul Grego; Lidia Elisa, Abel, Elba Helena y Nestor Oscar.
Contrajo matrimonio con una nuevejuliense, Consuelo Roberta Prieto, hija de Anastasio Prieto. De esa unión nacieron cuatro hijos: Dalmiro Virginio, Julio Cesar, Adolfo “Fito” y María Antonia.
Otros hermanos de Virginio también se casaron con personas vinculadas a 9 de Julio: Angel Grego con Emma Agripina Prieto (hermana de Consuelo, esposa de Virginio), Abel Grego con Clelia Benedetti y María Esther con Enrique Taurel.
PALABRAS FINALES
Don Virginio F. Grego falleció el 5 de septiembre de 1945. El gran imperio industrial tabacalero que levantó le sorbrevivió por varios años más hasta que en 1980, se fusiona con otras dos empresas, Massalin & Calezca S.A. y Manufactura de Tabaco Imparciales S.A., comenzando a girar bajo el nombre Massalin Particulares S.A.
En el mausoleo donde descansan sus restos, en el cementerio de La Recoleta, el Directorio de la empresa que él fundó hizo colocar una placa que aún se conserva. La misma, fundida por la casa Sarubbi y Barili, cuenta con un retrato suyo, en busto, en bajorrelieve, realizado por Chierico. En la misma se leer un mensaje breve que sintetiza su legado:
“»Su vida: Tensión de arco entre dos fervores: la Patria y el bien.
«Su muerte: Arco de luz entre dos vigencias: la obra y el ejemplo».