FRANCISCO J. BOSCH. ¿Cómo hablar de la gramática del lenguaje simbólico?
Fotos personales tomadas el 29 de marzo de 2025
Tenemos que reconocer que muchas veces al describir uno de estos monumentos funerarios y sus detalles empleamos un vocabulario que está muy lejos de nuestra vida cotidiana. El gran desafío es cómo facilitar esa comunicación. No basta hablar de ACRÒTERAS, PILASTRAS, LLAMAS VOTIVAS, VOLUTAS, etc., si no las explicamos una y otra vez hasta rescatar ese vocabulario. Es la forma en que se enseña un nuevo idioma.
Es importante que al pensar la gramática del lenguaje simbólico funerario podamos encontrar los límites de esta especialización y poder hablar de su especificidad e identidad. Esto surge del reconocer que ese idioma le resulta un tanto extraño a nuestros contemporáneos. Es importante tener en mente el trabajo realizado en el pasado pero con una mirada crítica que nos permita profundizar el tema. Tenemos que reconocer que en todo trabajo de investigación y divulgación hay tantos datos que nacen de una investigación fundamentada y objetiva pero también hay elementos que pertenecen tanto a la personalidad del investigador como al tiempo y contexto en que ese estudio se produce. El lenguaje simbólico, tenemos que reconocer que tiene un aspecto un tanto arbitrario y bastante de creatividad y fantasía. Es importante poner bajo una nueva mirado la tradición para poder construir sobre ella una nueva mirada. La pluralidad de la realidad objetiva supera siempre el mundo simbólico y la comprensión humana renueva su comprensión en cada generación. A pesar de todo nuestro cariño por el mundo simbólico tenemos que reconocer que el mundo actual está dominado por las nuevas técnicas, por formas de comunicación invasivos y las ciencias con una frenética dinamica. Pero ese desapego actual de las alegorías y los símbolos no nos puede impedir frente a un monumento funerario considerar en primer lugar la estética y la belleza de su arquitectura. En segundo lugar la técnica utilizada en su construcción. El estilo arquitectónico nos habla de una mentalidad social y personal que revela valores políticos y sociales. El pensamiento religioso le habla hoy a una sociedad profundamente secularizada y es necesario adaptar la gramática del lenguaje simbólico como para poder hablar a esta humanidad contemporánea. Ese mundo simbólico tan extraño al pensamiento actual tiene que ser revelado con formas que se puedan aplicar a la reflexión práctica y concreta que le hable al mundo de hoy.