martes, 1 de julio de 2025

MANUEL LÓPEZ SECO. Los animales en la simbología funeraria.

MANUEL LÓPEZ SECO. Los animales en la simbología funeraria.

Fotos personales tomadas el 19 de junio de 2025.
Como podemos observar en el tímpano de esta construcción hay un ave que puede ser ya una paloma o un águila. En todo el arte románico y aún medieval esa falta de rigor representativo hace muchas veces difícil su clara identificación. Los animales, reales o imaginativos, ocupan un lugar muy importante en toda la simbología y muy especial en la funeraria. Su significado simbólico tiene una relación que se establece por analogía considerando las cualidades, actividad, forma, color de estos animales o su relación con los seres humanos. También se los puede clasificar por su ubicación en el espacio para su significación simbólica ya sea aires, tierra, agua o fuego. Si una especie animal está domesticado adquiere una significación positiva mientras que uno salvaje es lo opuesto. En diversas leyendas la relación entre seres humanos y animales es establece como una cooperación frente a ciertos desafíos, tal como ocurre frecuentemente con el león. Las fuentes principales de esta interpretación moralizante tiene su origen posiblemente en Aristóteles y Plinio el Viejo pero de especial influencia ha sido el libro “El Fisiologo” que aparentemente fue compuesto alrededor del siglo II en Siria o Egipto y luego traducido a diversos idiomas. Existen variaciones de este bestiario como el escrito por Ramón Llul o el Bestiario d’Amour ya del siglo XIV. La interpretación simbólica de estos animales no es unívoca y puede varias de positiva a negativa dependiendo de los relatos o épocas. También podemos observar una jerarquía en la compleja gama de simbolismo que se relaciona con la evolución biológica que va de los reptiles en el nivel inferior a los mamíferos en el superior. Las luchas de un animal sobre otra pueden simbolizar la victoria de la luz sobre las tinieblas, del bien sobre el mal. Esa jerarquía también se puede relacionar con el elemento natural en que se ubica al determinado animal. El pez y la rana están relacionados con el agua pero el dragón y las serpientes pueden tener una relación ambigua con los elementos ya que pueden ser de agua o de tierra y aún al fuego. Las aves se las ubica en el aire y por lo tanto simbolizan en general lo espiritual. Los mamíferos se los relaciona por el calor de su cuerpo con el fuego. Tambien los animales se los puede ubicar en una confrontación con significados opuestos: la lechuza puede ser negativa mientras que el águila es positiva. Los animales de fantasía o fabulosos pueden haber nacido del descubrimiento de esqueletos de dinosaurios y relacionarlos con una hipotética y pasada edad de oro de la creación. Cuando a estos animales irreales se les adjunta alas tienen la finalidad de resaltar su lado espiritual. En el caso de las palomas, águilas, cordero y pez su fuente de simbolismo se encuentra mayormente en las Escrituras cristianas.
Esta lápida gravada en el vidrio de esta puerta es posiblemente uno de los pocos ejemplares de este tipo. En él podemos leer: "MANUEL LÓPEZ SECO. Nació el 11 de febrero de 1793. Falleció el 20 e Marzo de 1840. A su memoria le dedica este monumento su esposa e hijos".
Para elaborar y fundamentar esta información he consultado la obra de Juan Eduardo Cirlot: “Diccionario de Símbolos”. Editorial Labor. Barcelona 1992 que como siempre recomiendo consultar para ampliar conocimientos. 




APORTE JURÍDICO PARA LOS ESTUDIOSOS DEL PATRIMONIO FUNERARIO

APORTE JURÍDICO PARA LOS ESTUDIOSOS DEL PATRIMONIO FUNERARIO

Fotos personales del monumento funerario de RUFINA CAMBACERES tomadas el 18 septiembre de 2018 y el 1 julio 2019
Considero importante tener la siguiente información como un recurso para hablar e informar con fundamentación sobre ciertas prácticas funerarias en nuestro país. Este aporte no es un punto final sino el comienzo de una fundamentación que evite comunicar mitos o leyendas creadas por la pura imaginación literaria.
“En 1868, Sarmiento sancionó el reglamento de cementerios, estipulando
disposiciones y características, entre ellas, la sala de observación especial,
destinada a todo individuo muerto repentinamente o con pocas horas de enfermedad, hasta cumplir veinte horas prefijadas. Las tapas de los ataúdes eran cerradas sin clavos dejando el rostro y el torso expuestos, con un cordón atado a la muñeca, el que remataba en una campanilla en la sala del guardia.
Evidentemente, dicha sala de observación fue el precedente de lo que
después serían los velatorios o velorios, que al principio se realizaban en la casa y años después, en salas mortuorias que se alquilaban para dicho fin, como en la actualidad”
“El "Reglamento de Cementerios" de Sarmiento, específicamente el decreto de 1868, establece disposiciones sobre la organización y funcionamiento de los cementerios, incluyendo la creación de una sala de observación especial y la obligación de inhumar a todos los fallecidos en el cementerio designado, dejando fuera de uso los cementerios preexistentes.
Contexto Histórico:
En 1868, el presidente Domingo Faustino Sarmiento promulgó el reglamento de cementerios que transformó la forma de manejo de los entierros en Argentina, centralizándolo en un único cementerio por ciudad.
Este reglamento buscaba mejorar la higiene pública y controlar las prácticas funerarias, evitando la proliferación de cementerios informales o no regulados.
Disposiciones Clave del Reglamento:
Centralización:
El reglamento ordenaba que todos los fallecidos fueran inhumados en el cementerio designado por la ciudad, eliminando la posibilidad de enterrar a los difuntos en otros lugares o cementerios más pequeños.
Sala de Observación:
Se establecía la obligatoriedad de una sala de observación especial para cadáveres, donde se podían examinar los cuerpos durante un tiempo limitado antes de la inhumación, con el objetivo de descartar casos de muerte aparente o enfermedades infecciosas.
Regulación de las Sepulturas:
Se establecían normas sobre el tamaño y la disposición de las sepulturas dentro del cementerio, asegurando un espacio adecuado para cada enterramiento y evitando aglomeraciones.
Control de la Higiene:
La implementación de un reglamento para los cementerios buscaba evitar la propagación de enfermedades infecciosas y mejorar las condiciones sanitarias generales, asegurando un espacio limpio y ordenado para los fallecidos.
Impacto del Reglamento:
El reglamento de Sarmiento marcó un punto de inflexión en la gestión de los cementerios en Argentina, modernizando las prácticas funerarias y mejorando la salud pública.
Además, contribuyó a la creación de una identidad urbana al centralizar los entierros y definir el espacio del cementerio dentro de la ciudad. (Datos aportados por IA)
La Ley 1565 que es aprobada el 31 de octubre de 1884 en un paso importante en la consolidación del estado nacional ya que transfiere responsabilidades hasta ese entonces en manos de los registros parroquiales de la Iglesia Católica Romana. Establece el Registro del Estado Civil de las Personas en el ámbito de lo que en ese entonces se denomina Capital Federal de la Argentina, incluyendo los territorios nacionales que aún no habían alcanzado el rango de provincias. Los nacimientos, casamientos y fallecimientos son ahora responsabilidad del estado nacional. Desde esa fecha se estableció que esa oficina del registro civil anotara en libros específicos los actos más importantes en la vida de un ciudadano. Para el tema que nos ocupa, esta ley regulo el proceso de inhumación, estableciendo tiempos, plazos y modalidad como: testigos, actas de defunción firmada por profesionales de la salud registrados” (Datos brindados por Inteligencia Artificial) 





SANTIAGO T. DEVOTO. Expresiones del luto: doliente masculino, urna, sudario, paisaje.

SANTIAGO T. DEVOTO. Expresiones del luto: doliente masculino, urna, sudario, paisaje.

Fotos personales tomadas el 19 de junio de 2025.
En esta placa conmemorativa los elementos que la componen son desafiantes. El luto aparece sorprendentemente encarnado en una figura masculina que posiblemente puede simboliza la amistad de los amigos que dedican la placa. El hecho que la mirada de este doliente nos enfrenta como una invitación a participar de ese duelo es digna de destacar. Esta figura se aferra a una urna funeraria que, como en otros casos, está cubierta por el sudario de la resurrección, por lo que es toda una confesión de fe.
La palabra luto deriva del latín y en ese idioma significa aflicción y de esta expresión deriva la palabra luctuoso. En la antigüedad el luto iba acompañado por varios gestos como el ayuno o, en el caso de los hombres, dejarse crecer la barba y las mujeres cortar sus cabellos. El tiempo de la duración del duelo podía variar de una cultura a otra. En Esparta duraba aproximadamente once días y existía la prohibición de llorar en público porque se la consideraba expresión de debilidad. En Atenas ese mismo luto era más prolongado, las mujeres utilizaban ropa blanca por ser el color sagrado mientras que los hombres usaban ropas oscuras, preferentemente marrones.
En Roma se consideraba que el luto era más adecuado para las mujeres que para los hombres. El nacimiento de un niño interrumpía el período de luto.
Es interesante destacar en esta placa, en el ángulo superior izquierdo, la aparición de un paisaje en cuyo centro podemos ver una palmera rodeada de otra vegetación. En el fondo del paisaje vemos un puente que posiblemente sea de ferrocarril lo que hace presumir que esta panorama responsa a un paisaje real y no imaginario. En el texto podemos leer: “A SANTIAGO T. DEVOTO. +13 marzo de 1926. Cariñoso homenaje de sus amigos”. Destaco la palabra ‘cariñoso’ como una inusual expresión masculina de afecto en un contexto tan contenido en expresar sentimientos. 





miércoles, 25 de junio de 2025

BERISSO, VIGNALE, SOLARI. El mensaje de un friso funerario: urna sudario, antorcha, corona, clepsidra.

BERISSO, VIGNALE, SOLARI. El mensaje de un friso funerario: urna sudario, antorcha, corona, clepsidra.

Fotos personales tomadas el 6 de mayo de 2019
Simbología en el friso. A semejanza de la entrada al cementerio encontramos casi la misma simbología en la ornamentación de este edificio.
URNA Y SUDARIO. En general y personalmente considero que la urna funeraria que contiene las cenizas de un ser querido u homenajeado, al cubrirlo con el sudario de la resurrección se pone de manifiesto la afirmación que la vida no ha terminado en esa urna. –es esta una simbología recurrente. El manto o sudario pone en tensión ambós símbolos pero en síntesis podemos decir que representa el victoria de la esperanza en otra vida sobre el símbolo de la muerte.
ANTORCHAS. La serie de antorchas, tanto en su posición vertical como invertida es parte del rico lenguaje funerario sobre la luz, la iluminación en todas sus formas como expresión justamente de la luz de la vida. La llama encendido en ambos casos es una confirmación que la luz de la vida continúa iluminando las tinieblas del dolor. Las antorchas como símbolo de iluminación la podemos también relacionar con la verdad, la vida y la inmortalidad. En general al dios Tánatos de la mitología griega se lo suele representar con una antorcha invertida apagada o que ese dios intenta apagar. En este caso específico esa antorcha es símbolo de la vida que se extingue y la misma muerte. La simbología cristiana le agrega a ese antorcha invertida apagado la llama de la vida que no se extingue.
CORONAS. Las coronas tanto de flores como de laurel y roble por su formato circular nos remiten a pensar en la eternidad y forman parte de la reflexión sobre el tiemp, en aquello que no tienen ni principio ni final. Las flores a esas coronas le agregan el concepto de la caducidad de la belleza. Esta figura geométrica circular si bien nos remite a la sucesión sin final de la realidad también por tener un núcleo central simboliza la unidad en Cristo que unidad a una cruz nos puede pensar en su persona esta vida y la del más allá encuentra su expresión visible. Las coronas políticas, al ser colocadas sobre la cabeza de reyes y otras personalidades sugieren el carácter sagrado de esas personas en tu totalidad. Se asume que esa parte, la cabeza, simboliza la totalidad de la persona concediéndole un origen casi divino a su prestigio y poder.
CALAVERA Y LIBRO. Las calaveras en la espiritualidad cristiana tienen la función de recordarnos la fragilidad de la los bienes materiales, de la belleza juvenil y de la vida misma. Es un “memento mori” constante y persistente en el lenguaje funerario. Es una advertencia con relación a la soberbia y el orgullo y la necesidad de no aferrarnos a nada material y pasajero y es un llamado a la humildad frente a la brevedad de la existencia. El libro es una evocación de un texto del Apocalipsis donde se nos recuerda que cada acontecimiento y hecho de nuestra vida figura en el llamado Libro de la Vida que tendrá un gran protagonismo en el momento de hacer una evaluación de la existencia de cada uno.
CLEPSIDRA. La clepsidra alada es uno de los símbolos más recurrente en el patrimonio funerario. Es un recordatorio persistente del “tempus fugit”, de ese tiempo que pasa muy rápidamente y se escapa a nuestro control. Es el tiempo que nos invita a pensar en la caducidad de toda existencia que siempre será breve y transitoria, criterios que en este mundo actual han sido exiliadas del pensamiento social.
RECURSO BIBLIOGRÁFICO.
BERISSO, EMILIO (1878 – 1922)
Al ingresar a la segunda calle a la izquierda del camino central, está la bóveda. El constructor fue Juan B. Solar. Dos leones domados flanquean la entrada. Desde la antigüedad el león simboliza el valor. Además a ambos lados, hay dos esculturas o alegorías firmadas por Biggi.
La que vemos a la izquierda, un anciano con barba y alas, en la base tiene un reloj. Representa la muerte con la guadaña. A la derecha, hay un ángel apoyado en un ancla, símbolo de salvación y esperanza.
La bóveda es circular, formando el contorno superior arcos de medio punto y abajo barandas de balustre. El altar de madera dorada a la hoja, en cuyo frente se halla un cordero con banderín negro como símbolo de la Resurrección.
Emilio Berisso nació el 18 de enero de 1878. Su padre Juan Berisso, de origen italiano, fue el fundador del pueblo homónimo próximo a la ciudad de La Plata, Pcia de Buenos Aires.
Berisso publicó a los 15 años su primera poesía “El Payador”. Fue alumno distinguido en el Colegio del Salvador. Se casa con Zulema Castilla. Lector infatigable, usó el seudónimo de “Azrael” en sus escritos. Dominaba varios idiomas. Estrenó en el teatro Apolo de Buenos Aires “La amarra Invisible”
Formó parte del grupo que rodeó a Ruben Darío. Fue un gran dramaturgo.
Falleció el 3 de octubre de 1922.
En el frente de su bóveda se lee la siguiente inscripción “Juan Berisso y Vignale y Solari”.-

MANUEL LÓPEZ SECO. Los animales en la simbología funeraria.

MANUEL LÓPEZ SECO. Los animales en la simbología funeraria. Fotos personales tomadas el 19 de junio de 2025. Como podemos observar en el tím...