DELFÍN GALLO TERÁN. Un promotor de la Ley de Educación común 1420 de enseñanza OBLIGATORIA, UNIVERSAL Y LAICA (sin proselitismo)
Fotos personales tomadas el 4 de marzo de 2024
Después de una larga espera pude saber que este monumento funerario su titular es DELFÍN GALLO, abogado y político tucumano. Aquí comparto un poema que Paul Groussac le dedica.
Un soneto de Groussac dedicado a Delfín Gallo
Por Carlos Páez de la Torre H12 Febrero 2016
Es sabido que Paul Groussac (1848-1929) guardó siempre gran afecto hacia Tucumán. Aquí residió, enseñó y escribió, entre 1871 y 1883. Ya radicado en Buenos Aires, en 1892 editó allí un pequeño libro de poemas, de 71 páginas en total, con composiciones en francés y en castellano. Se titulaba “Le cahier del sonnets” (el cuaderno de sonetos). Lo estampó en cuidada tipografía la casa Coni, de la calle Perú y es ya una rareza bibliográfica. Junto al título, las palabras “Première suite” (primera serie) indicaban que proyectaba publicar otros en el futuro, cosa que no sucedió.
Entre los sonetos, estaba “Tucumán”, dedicado a Delfín Gallo, gran parlamentario que integró, junto con Nicolás Avellaneda y Sisto Terán, el trío de “mis primeros amigos tucumanos”, como escribió alguna vez. Otros argentinos mentados en las dedicatorias del “Cahier”, eran Avellaneda, Pedro Goyena, Carlos Pellegrini y Carlos Guido y Spano. Los europeos, eran Ulric Courtois, Sarah Bernhardt, Marcelino Menéndez y Pelayo, José M. de Heredia, Anatole Franca y Alphonse Daudet.
Fechado en 1874, el soneto “Tucumán” decía:
Entre los sonetos, estaba “Tucumán”, dedicado a Delfín Gallo, gran parlamentario que integró, junto con Nicolás Avellaneda y Sisto Terán, el trío de “mis primeros amigos tucumanos”, como escribió alguna vez. Otros argentinos mentados en las dedicatorias del “Cahier”, eran Avellaneda, Pedro Goyena, Carlos Pellegrini y Carlos Guido y Spano. Los europeos, eran Ulric Courtois, Sarah Bernhardt, Marcelino Menéndez y Pelayo, José M. de Heredia, Anatole Franca y Alphonse Daudet.
Fechado en 1874, el soneto “Tucumán” decía:
“Ciñen, oh Tucumán, laurel y flores/
de púrpura tu frente y de esmeralda;/
como manto de rey, brilla en tu espalda/
el velo tropical de cien colores./
¡Tierra de seducción, jardín de amores!/
De tus nevados cerros en la falda/
planté mi tienda un día, y mi guirnalda/
primera hube en tus bosques bullidores./
Del pobre altar que alcé para tu gloria,/
crecía en las junturas de la piedra/
un haz de madreselva y verde hierba./
Ato a la breve flor, cual tu memoria,/
hiedra vivaz como el recuerdo mío,/
y formo un ramo agreste que te envío”.
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