PEDRO ANCHORENA. Los muchas simbolismos del ACANTO.
Fotos personales tomadas el 27 de octubre de 2024
Si construyéramos un HERBARIO FUNERARIO las hojas del ACANTO y su simbología ocuparían un lugar muy importante. Es una hierba muy común en el Mar Mediterráneo y abundante en las tierras de Grecia y de allí adquiere una presencia muy significativa en la arquitectura. En el aspecto funerario adquiere un simbolismo relacionado con la eternidad, con la vida que perdura en un más allá ya que se creía que acompañaba a las almas en ese rito de pasaje. El que promovió su utilización simbólica y arquitectónica es el escultor de la Grecia clásica, Calimaco y fue quien adorno las volutas de los capiteles de las columnas jónicas agregándole hojas de ACANTO, algunas veces enrolladas dando origen el estilo corintio. Existe un mito sobre el origen del uso del acanto y que explica su simbología. Se dice que la hija de este arquitecto falleció y que este colocó como era costumbre una planta de ACANTO y un canasto pequeño de flores que las cubrió con una pesada teja. Al pasar los meses el ACANTO se enraizó y cubrió la teja y el pequeño canasto con sus hojas cuya imagen dio en la imaginación de Calimaco origen al capitel corintio. El pensamiento cristiano durante la Edad Medía toma esta hierba como un símbolo de la debilidad del ser humano y el sufrimiento relacionado con sus espinas.
Del titular de este monumento funerario solo puedo suponer que se trata de PEDRO TOMÁS ESTANISLAO ANCHORENA IBÁNEZ que nació en el año 1823 y falleció en el año de 1902.
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