OSCAR. Si bien la vida es breve, el recuerdo es permanente.
Foto personal tomada el 3 de noviembre de 2024
El significado de la CORONA DE ESPINAS, que en manos de los soldados romanos que la colocaron sobre la cabeza de Jesús en su proceso de la Pasión era un símbolo de burla, en el pensamiento iconográfico del cristianismo se transformó en un símbolo de victoria en medio de las pruebas y el dolor. Su presencia en el lenguaje simbólico funerario es unir el dolor actual por un duelo con aquel dolor liberador y de comunión. En medio del dolor y muerte esta corona fortalece el sentimiento de victoria final reforzada por el SUDARIO con el cual se cubrió el cuerpo de Jesucristo al bajarlo de la cruz pero que luego fue el único testimonio de su resurrección en el sepulcro vacío. En definitiva es una reafirmación de la victoria de la vida a pesar de que todas las apariencias de la muerte vayan temporariamente en sentido contrario. Esta CORONA DE ESPINAS y este SUDARIO DE LA RESURRECCIÓN es una afirmación de esa convicción que se aferra a la esperanza de un futuro posible. También tenemos que señalar la importancia dada al LATÍN en los epitafios y placas conmemorativas porque unido al lenguaje oficial de la Iglesia Católica Romana de aquel tiempo, le otorga a estos mensajes un cierto matiz de sacralidad. En esta placa podemos leer: “SI VITA BREVIS, MEMORIA PERMANET. A OSCAR, sus amigos. 1889-27-VI-1921- 1920”. La traducción de esta frase sería: “Si la vida es corta, el recuerdo permanece”.
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