LA INMIGRACIÓN VASCA EN RECOLETA. Doctor TORIBIO AYERZA.
Fotos personales tomadas el 1 de agosto 2023
Este es un monumento funerario de una gran riqueza simbólica y artística. A un costado vemos la alegoría de la caridad tal como se la representa tradicionalmente: una generosa figura materna amamantando a un niño y rodeada de otro como expresión de la más generosa entrega. El símbolo de la medicina, el llamado Caduceo de Esculapio, esta grabado a sus pies. La figura masculina alada que vemos al costado del busto de este médico bien podría ser interpretado como el dios griego Tánatos por la antorcha invertida que estaría intentando apagar pero también por su posición adormecida podría ser el hermano de este dios de la muerte en paz y representar a Hynos, el dios del sueño eterno.
RECURSO BIBLIOGRÁFICO.
19. Toribio Ayerza Toribio Ayerza (Usúrbil, Guipúzcoa, 1815 - Buenos Aires, 1884), médico cardiólogo vasco, emigró a mediados del siglo XIX a Argentina donde, en 1880, fundó junto a Guillermo Rawson la Cruz Roja Argentina, de la que fue presidente honorario.
Contribuyó a la difusión de diversas técnicas médicas y de la cultura vasca, colaborando con el centro Laurak Bat. Estudió en el colegio de los nobles de Vergara (Guipúzcoa) y en Madrid. Durante la Primera Guerra Carlista en 1833 fue destinado a la sección de sanidad del ejército de Don Carlos. Se trasladó a Montpellier donde se graduó y posteriormente, en París perfeccionó sus conocimientos al lado de Armand Trousseau y Gabriel Andral.
En 1845 embarcó hacia Buenos Aires donde difundió técnicas clínicas pioneras como la traqueotomía que contribuyó a salvar muchas vidas en épocas de difteria, alcanzando gran prestigio. En colaboración con Guillermo Rawson, fundó el 10 de junio de 1880 la sección argentina de la Cruz Roja, constituida en 1863 en Ginebra por Henri Dunant. Fue socio fundador, presidente y primer médico de la Asociación de Socorros Mutuos de Buenos Aires. Perteneció a la Sociedad de Beneficencia, a la Institución de San Francisco Javier de niños obreros y a la Sociedad San Vicente de Paúl.
Fue enterrado en el Cementerio de la Recoleta. Su hijo Abel Ayerza, prosiguió la profesión de su padre, siendo el descubridor de la Enfermedad de Ayerza.
El mausoleo de los Ayerza que se encuentra en la proximidad del de Toribio Ayerza tiene falta de conservación adecuada
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