LA SIMBOLOGÍA CRISTIANA. La alegoría del cristianismo.
La simbología cristiana tiene una larga historia y por ello hoy quiero compartir con ustedes esta imagen de un cuadro titulado LA ALEGORÍA DEL CRISTIANISMO, obra del pintor holandés Jan Provoosta realizado aproximadamente en el año 1515 y que se encuentra en el Museo del Louvre en París. La simbología funeraria se nutre de Biblia, Mitología, Teología y sensibilidad social. Al hablar de ella tenemos que tener algunos conocimientos de esas disciplinas o al menos algún interés. El OJO QUE TODO LO VE, preside esta escena y es la mirada de Aquel que todo lo conoce, del omnisciente, de la Fuerza que preside la esfera cósmica. A un costado de este ojo vemos al Cordero de Dios que preanuncia la identidad del Cristo que vemos debajo. En el otro costado tenemos el Libro de la Vida donde se encuentran escritos los nombres de cada ser humano y sus obras. Cristo y la Virgen María les vemos también a ambos lados del ese globo terráqueo y podemos pensar que están cumpliendo la doble tarea de interceder y acompañar a los seres humanos durante el juicio en que se evalúa sus vidas. A Cristo le vemos empuñando una espada que simboliza la Palabra de Dios, tal que la describe una de las cartas de San Pablo. Vemos aparecer parte de un pie descalzo para simbolizar que se está pisando tierra sagrada. La Virgen lleva en su mano una vara de azucena o lirio que simboliza su virginidad y una paloma en su pecho para manifestar la obra del Espíritu Santo en la encarnación de Cristo. Una mano de la cual solo vemos algunos dedos podría ser el símbolo de la misericordia divina que sostiene la vida misma. Mas abajo y saliendo del encuadre de otro ojo misterioso vemos unas manos que simbolizan la intercesión de la humanidad pidiendo la llegado de ese tiempo perfecto donde no habrá más lágrimas ni tristeza. El cuadro presenta una escena armoniosa y simétrica donde podemos imaginar una línea vertical que la divide en dos grandes espacios creando un orden casi místico. Es de una gran densidad simbólica que precede en varios siglos otros lenguajes simbólicos. Esta obra de un artista con profundo conocimiento teológico presente un panorama que se transforma en una forma visible de ideas muy abstractas como para que las personas más simples las puedan comprender. La simbología funeraria tiene exactamente el mismo objetivo. Estamos presenciando e invitados a participar de un drama que subyace debajo de nuestra realidad tanto presente como en el pasado y que le da sentido al presente. El lenguaje alegórico no tiene una mera función decorativa sino que es una condición que nos invita a adentrarnos en una relación más profunda y espiritual que coloca a la humanidad entre dos espacios existenciales y dos tiempos que la muerte separa.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario