BERISSO, VIGNALE, SOLARI. El mensaje de un friso funerario: urna sudario, antorcha, corona, clepsidra.
Fotos personales tomadas el 6 de mayo de 2019
Simbología en el friso. A semejanza de la entrada al cementerio encontramos casi la misma simbología en la ornamentación de este edificio.
URNA Y SUDARIO. En general y personalmente considero que la urna funeraria que contiene las cenizas de un ser querido u homenajeado, al cubrirlo con el sudario de la resurrección se pone de manifiesto la afirmación que la vida no ha terminado en esa urna. –es esta una simbología recurrente. El manto o sudario pone en tensión ambós símbolos pero en síntesis podemos decir que representa el victoria de la esperanza en otra vida sobre el símbolo de la muerte.
ANTORCHAS. La serie de antorchas, tanto en su posición vertical como invertida es parte del rico lenguaje funerario sobre la luz, la iluminación en todas sus formas como expresión justamente de la luz de la vida. La llama encendido en ambos casos es una confirmación que la luz de la vida continúa iluminando las tinieblas del dolor. Las antorchas como símbolo de iluminación la podemos también relacionar con la verdad, la vida y la inmortalidad. En general al dios Tánatos de la mitología griega se lo suele representar con una antorcha invertida apagada o que ese dios intenta apagar. En este caso específico esa antorcha es símbolo de la vida que se extingue y la misma muerte. La simbología cristiana le agrega a ese antorcha invertida apagado la llama de la vida que no se extingue.
CORONAS. Las coronas tanto de flores como de laurel y roble por su formato circular nos remiten a pensar en la eternidad y forman parte de la reflexión sobre el tiemp, en aquello que no tienen ni principio ni final. Las flores a esas coronas le agregan el concepto de la caducidad de la belleza. Esta figura geométrica circular si bien nos remite a la sucesión sin final de la realidad también por tener un núcleo central simboliza la unidad en Cristo que unidad a una cruz nos puede pensar en su persona esta vida y la del más allá encuentra su expresión visible. Las coronas políticas, al ser colocadas sobre la cabeza de reyes y otras personalidades sugieren el carácter sagrado de esas personas en tu totalidad. Se asume que esa parte, la cabeza, simboliza la totalidad de la persona concediéndole un origen casi divino a su prestigio y poder.
CALAVERA Y LIBRO. Las calaveras en la espiritualidad cristiana tienen la función de recordarnos la fragilidad de la los bienes materiales, de la belleza juvenil y de la vida misma. Es un “memento mori” constante y persistente en el lenguaje funerario. Es una advertencia con relación a la soberbia y el orgullo y la necesidad de no aferrarnos a nada material y pasajero y es un llamado a la humildad frente a la brevedad de la existencia. El libro es una evocación de un texto del Apocalipsis donde se nos recuerda que cada acontecimiento y hecho de nuestra vida figura en el llamado Libro de la Vida que tendrá un gran protagonismo en el momento de hacer una evaluación de la existencia de cada uno.
CLEPSIDRA. La clepsidra alada es uno de los símbolos más recurrente en el patrimonio funerario. Es un recordatorio persistente del “tempus fugit”, de ese tiempo que pasa muy rápidamente y se escapa a nuestro control. Es el tiempo que nos invita a pensar en la caducidad de toda existencia que siempre será breve y transitoria, criterios que en este mundo actual han sido exiliadas del pensamiento social.
RECURSO BIBLIOGRÁFICO.
BERISSO, EMILIO (1878 – 1922)
Al ingresar a la segunda calle a la izquierda del camino central, está la bóveda. El constructor fue Juan B. Solar. Dos leones domados flanquean la entrada. Desde la antigüedad el león simboliza el valor. Además a ambos lados, hay dos esculturas o alegorías firmadas por Biggi.
La que vemos a la izquierda, un anciano con barba y alas, en la base tiene un reloj. Representa la muerte con la guadaña. A la derecha, hay un ángel apoyado en un ancla, símbolo de salvación y esperanza.
La bóveda es circular, formando el contorno superior arcos de medio punto y abajo barandas de balustre. El altar de madera dorada a la hoja, en cuyo frente se halla un cordero con banderín negro como símbolo de la Resurrección.
Emilio Berisso nació el 18 de enero de 1878. Su padre Juan Berisso, de origen italiano, fue el fundador del pueblo homónimo próximo a la ciudad de La Plata, Pcia de Buenos Aires.
Berisso publicó a los 15 años su primera poesía “El Payador”. Fue alumno distinguido en el Colegio del Salvador. Se casa con Zulema Castilla. Lector infatigable, usó el seudónimo de “Azrael” en sus escritos. Dominaba varios idiomas. Estrenó en el teatro Apolo de Buenos Aires “La amarra Invisible”
Formó parte del grupo que rodeó a Ruben Darío. Fue un gran dramaturgo.
Falleció el 3 de octubre de 1922.
En el frente de su bóveda se lee la siguiente inscripción “Juan Berisso y Vignale y Solari”.-