KLEIN MATHIEU La simbología funeraria de plantas, flores y árboles

KLEIN MATHIEU La simbología funeraria de plantas, flores y árboles

Fotos personales tomadas el 11 de mayo de 2025.

Al pie de la cruz y de una clepsidra alada vemos aparecer en la fachada de este monumento funerario la simbología del herbario funerario es compleja y muy variada. Es todo un lenguaje que se repite y a la vez se renueva en su significación. Plantas, árboles y flores forman parte de ese lenguaje que intentan comunicar de forma visible pensamientos que trascienden nuestra mirada y apelan a la comprensión intelectual o espiritual. Los árboles por su constitución que unen con sus raíces y con sus ramas diferentes espacios se los relaciona con esa comunicación con dos esferas que provisoriamente llamaremos terrenal y celestial. En algunos casos esos árboles por sus dimensiones o formas extraordinarias se les concedió una interpretación sagrada y se los considero el centro del mismo cosmos, el axis mundi, alrededor del cual se organizaba toda la existencia. Los bosques por su atmósfera siempre en la mentalidad humana se los ha relacionado con el misterio y como espacio amenazante. Las plantas por su ciclo vital de nacimiento, crecimiento y decadencia se las consideró como un espejo del proceso mismo de la vida humana. Por ejemplo, el cristianismo le ha otorgado a la palmera un significado tanto de triunfo como de martirio. El ciprés en la simbología funeraria se lo interpreta como un dedo índice que nos señala el cielo y por el otro lado la rusticidad de su tronco y hojas es un llamado a la vida ascética que hoy entendemos como la simplicidad de la existencia. Al igual que las culturas clásicas el pensamiento cristiano mira al roble como símbolo de fortaleza, poder y nobleza mientras que el laurel es visto como símbolo de victoria y por ello el uso del laurel en las coronas es indicio de haber alcanzado objetivos. Las flores en su fragilidad y belleza efímera son consideradas como espejo de esta vida pero por su poder de renovación como símbolo de renacimiento. Los frutos diversos con el sentido de abundancia y prosperidad actual o futura.