JOSÉ ANTONIO CORTEJARENA. Obra del escultor CARLOS DE LA CÁRCOVA.

JOSÉ ANTONIO CORTEJARENA. Obra del escultor CARLOS DE LA CÁRCOVA.

Fotos personales tomadas el 8 de noviembre de 2022

En esta placa conmemorativa con su propia narración vemos en la cabecera de la misma un ángel con una trompeta que en general es el atributo del Arcángel Miguel con la cual convocaba a la humanidad al juicio final. En el campo izquierdo vemos tres figuras femeninas cuya interpretación puede variar ya que mantienen cierto misterio. Por un lado podrían ser las tres parcas de la mitología antigua ya que una es portadora en sus manos de lo que podría ser un hilo o cuerda. También podrían ser las tres virtudes teologales pero desprovistas de sus atributos identificatorios. Finalmente podrían ser algunas de las mujeres que fueron testigos de la pasión de Cristo y la que lleva en sus manos lo que podemos interpretar como un paño ser la Verónica que enjugó el rostro de Jesús. En el campo inferior de la epigrafía vemos los datos biográficos y debajo, en el ángulo inferior derecho la firma del escultor.

RECURSO BIBLIOGRÁFICO

De la Cárcova, Carlos

Buenos Aires

Nació en Buenos Aires el 17 de noviembre de 1903 y falleció en la misma ciudad el 21 de noviembre de 1974. Inició sus estudios con su padre, Ernesto de la Càrcova y los prosiguiò con Agustín Riganelli y José Fioravanti.

Graduado de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires, orientò su trabajo a la escultura. Pasada la Segunda Guerra Mundial, sus esculturas se inclinan a la abstracción, al constructivismo, al concretismo y al espacialismo.

Integró junto a otros escultores como José Planas Casas y Antonio Sassone, el grupo que dio forma a su arte en la etapa anterior al predominio de las corrientes de filiación no figurativa.

Ejerció la docencia y participó también como jurado en los salones de Buenos Aires y de las màs importantes ciudades del interior. Se presentó por primera vez al Salón Nacional cuando tenía 22 años de edad.

Fue nombrado Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes en 1947, participando activamente como Jurado en los concursos del Premio Palanza que organizaba la Institución.

Obtuvo Gran Premio de Honor en el Salón Nacional y muchas otras importantes distinciones. Entre sus obras se destacan, el Monumento a Emilio Frers, en Córdoba; el Mausoleo del General José María Paz en Córdoba; y el Monumento al General Mosconi en la Recoleta.

Como medallista, fue autor de varias obras. La suya fue una escultura de carácter, sobria y simplificadamente estilizada, de modelado preciso y veraz. Una labor de tres lustros le bastó para situarse entre los valores más definidos y puros de la plástica argentina.

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