R. ARMANDO MAROTTA. El mundo simbólico de la vegetación.
Fotos personales tomadas el 11 de mayo de 2025
Llama la atención como en puertas, fachadas arquitectónicas, capiteles corintios, placas conmemorativas el protagonismo del mundo vegetal que nos impulsa a reflexiona la causas de esa frecuente relación simbólica con sentimientos y procesos. En esta placa podemos leer: "Dr. R. ARMANDO MAROTTA. Instituto Biológico Argentino al que fue su Presidente en homenaje a su destacada actuación. 1966-26 de agosto -1967".
El mundo vegetal ocupa un lugar destacado en la simbología funeraria porque su carácter cíclico es una analogía importante con relación al proceso de la vida misma: nacimiento, maduración, muerte y transformación. Estos símbolos funerarios relacionados con los muchos aspectos de la vegetación son referentes de las fuerzas cósmicas, de los ciclos diversos. La vegetación es un elemento que nos permite simbolizar sobre ellos las posibilidades latentes de muchos acontecimientos que van de la semilla, la germinación, el desarrollo y la transformación. En la mentalidad religiosa cristiana el ser humano nace de la tierra y es constituido a partir de ese elemento al igual que la vegetación. En la memoria colectiva queda siempre el rastro de un jardín primordial donde todo era armonía y perfección, jardín al que se sueña siempre con volver y por ello esta en el pasado de la humanidad pero también en su futuro. Las flores por su ciclo se las puede relacionar con la brevedad de la vida, la belleza de la juventud, el marchitar de la edad avanzada pero también son portadoras de la promesa de un retorno a la vida en un ciclo sin final.
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