FRANCISCO ANTONIO DE HERRERA. El tiempo natural y el tiempo existencial.
Fotos personales tomadas el 19 de junio de 2025
La tarea de un historiador no es la de repetir aquello que ya se ha escrito y relatado sino en una tarea que siempre se renueva, proponer nuevas miradas, entendimiento y métodos de análisis. Actualmente el patrimonio funerario es una de las fuentes de información sobre mentalidades y sensibilidad de un pasado que puede iluminar el presente. Uno de los temas que nos propone este patrimonio es pensar el tiempo, tanto ese tiempo natural de los ciclos del calendario como el tiempo existencial que con tanta insistencia registra el lenguaje simbólico funerario.
Los cementerios ha pasado a ser un archivo importante para revelar la forma en que la sociedad relaciona historia y memoria y es un espacio en que la dialéctica histórica de pasado que dialoga con el presente y aún del presente que mira el pasado para poder comprender como hemos llegados al tiempo contemporáneo se revela con muchos matices. Si bien la historia, tal como lo afirma el historiador medievalista Jacques Le Goff “es incapaz de prever o predecir el futuro”[1] porque estaría invadiendo campos que no le pertenecen y escapan a su tarea porque es peligroso pensar que el tiempo dorado estaba en un pasado idealizado o en un tiempo futuro escatológico que se nos propone para justificar caminos de sacrificios actuales.
El objeto central del trabajo de un historiador es el ser humano en sociedad y comprendido en diferentes niveles de tiempo, ya sea el acontecimiento puntual colocado en una perspectiva de larga duración donde el momento se incorpora en un horizonte explicativo mucho más amplio. En la investigación histórica del patrimonio funerario podemos constatar varias etapas. La primera comenzó como un relato fundado en testimonios tangibles hoy estamos presenciando una metodología que crítica esa forma de trabajo por un método que busca no solo describir sino interpretar.
Es interesante observar como en esta lápida esos tiempos natural y existencial se confunden en una sola expresión que nos dice: "... que falleció el 6 de Febrero de 1837 a los 79 años 8 meses y 11 días de edad". Este es un verdadero documento que nos permite interpretar tanto sensibilidad como mentalidad por la cantidad de datos que nos brinda sobre esta persona.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario